El sistema circulatorio de los peces es muy característico, su corazón es uno de los que laten menos veces por minuto, y con esto es suficiente para que su sangre distribuya el oxígeno y la energía por todas las células de su cuerpo. Tomando como base este «sistema», un grupo de ingenieros de las Universidades de Cornell y Pensilvania en los EUA, han investigado cómo crear un sistema circulatorio del que los robots obtengan energía y se alimenten «como si fueran organismos vivos».
Los ingenieros diseñaron un sistema circulatorio inspirado en el pez león. En lugar de almacenar la energía en una batería, como hacen la mayoría de máquinas, la almacenan en el líquido que recorre el sistema circulatorio del robot, que es similar al de un animal. Esta ‘sangre’ contiene sustancias químicas como Yodo y Zinc, que reaccionan creando una corriente eléctrica y que se bombea por todo el cuerpo del robot posibilitando que ese mueva, comentó Cameron Aubin, del departamento de inegeniería aeroespacial y mecánica de la Universidad de Cornell en Nueva York.
Este proyecto todavía se encuentra en fase de prueba, pues todavía hacen falta corregir muchos detalles. La autonomía y el almacenamiento de energía todavía es uno de los mayores problemas, así como el tiempo de duración de los robots, pues funcionan durante un período reducido antes de volver a cargarlos. También queda el detalle de la velocidad con la que se mueven, así como la dificultad que esta implicando recargar a los Robots.
Esta tecnología aún esta en una fase muy joven de pruebas, pero sin duda transformará a las baterías que se utilizan para muchos dispositivos tecnológicos y cambiará la forma en que las máquinas consiguen energía para funcionar.