A partir de que surge un nuevo Medio de Comunicación o una nueva plataforma digital, siempre se corre el rumor que el medio que le precede desaparecerá o ya no será el de antes. Difícilmente desaparece, pero ya nunca vuelve a ser el mismo, no significando obligatoriamente que sea un avance o un retroceso. Las virtudes tecnológicas no lo son tanto sino existe una estrategia periodística o comunicacional y mucho menos, sino está insertada en una lógica empresarial y publicitaria. Ejercer la Comunicación y el Periodismo en todas sus formas y a través de todos sus canales se hace por gusto, por capacidad y talento, por responsabilidad social… se hace por Negocio.
En 1947 el presidente Miguel Alemán Valdés encargó al escritor Salvador Novo y al ingeniero Guillermo González Camarena viajar y comparar entre un modelo público y un modelo comercial de TV, para que nuestro país adoptara ese sistema. La cercanía con los EEUU nos condicionó a escoger el modelo comercial norteamericano, el cual tiene como principal objetivo obtener ganancias económicas por lo emitido, comercializando el Tiempo Aire y administrando por parte de los particulares un bien del Estado. Este modelo comercial convirtió a los Medios de Comunicación en un poder más a los establecidos y, con el paso del tiempo en un poder alterno, el llamado Poder Fáctico.
Los medios son un negocio y esto incluye tanto a los tradicionales como a los más recientes. Spoteo, inserción, mención como formas legalmente constituidas y otras no tanto como el Chayote y la Payola hacen rentable y viable la transmisión al aire. El ingreso económico es el soporte para la permanencia, la supervivencia y la competencia. El pastel publicitario cada vez es más limitado, pues de ser repartido únicamente entre Radio, TV y Prensa Escrita, ahora se incluyen también: páginas de Internet, canales en YouTube, fanpages, videos de corta duración, banners, entre muchas opciones más.
Que aparezca un nuevo Medio de Comunicación convencional no es nada fácil. Para la Radio y la TV se necesita de la concesión que otorga el Estado mexicano, mientras que para la Prensa escrita, la disminución en el tiraje, producto de la disminución en el número de lectores, dificulta su existencia. En el caso de los “nuevos” medios, fácilmente aparecen y desaparecen nuevas páginas, nuevos canales, nuevos perfiles, nuevas plataformas, nuevas Redes. Esta “facilidad” no necesariamente va ligada a una larga existencia, pues en la Red cohabitan profesionales y aficionados que se diferencian tanto en los procesos como en los productos finales.
En un principio lo que distinguía a los viejos medios de los nuevos, era la profesionalización y la visión empresarial, pues la tradicional industria mediática contaba con una plantilla laboral, pagaba sueldos, impuestos y servicios, invertía en infraestructura y talento. Asumía responsabilidades y disfrutaba de los beneficios. Mientras tanto, los nacientes medios multiplataforma estaban conformados en muchas de las ocasiones por una sola persona. Estos individuos eran periodistas independientes, artistas audiovisuales, ciudadanos de a pie, que carecían del conocimiento empresarial que permitiera y posibilitara la viabilidad de su proyecto periodístico y de su visión mediática y comunicacional, pero que disfrutaban de una libertad creativa.
Con el paso del tiempo, este se encargo de poner a cada quien y a cada cual en su lugar. Los medios tradicionales ya no serían lo de antes y las plataformas digitales estarían “al Aire” siempre y cuando consiguieran monetizar sus contenidos.
La Red dejaría de ser un espacio de juegos y experimentación para convertirse en un lugar más amplio y más diverso. Iría construyendo su propia narrativa y a la vez, su propia manera de hacerse recursos, dando cabida a las clásicas formas de vender publicidad, pero también, incorporando e inventando entre la prueba y el error, entre el acierto y el desatino. La Red es el espacio libre en donde nuevas narrativas y discursos nacen, crecen, se reproducen y permanecen; en donde nuevos modelos de negocios viven y conviven con nuevas y mejores formas de comunicar.
La industria radiofónica posee un porcentaje mucho menor de ingresos publicitarios en comparación con todas las demás plataformas. En su propio proceso evolutivo ha incorporado formatos como el Podcast y el Audio Bajo Demanda. Repite, recupera y adopta géneros. Experimenta con la hibridación entre la Radio hablada-informativa y la Radio musical. Complementa y extiende el mensaje hacia las Redes Sociales como una opción para incrementar su audiencia, pero también para diversificar la oferta publicitaria.
La Radio que se hace de manera exclusiva desde la Red, es aún novata, pero en constante aprendizaje, pues en su mayoría las estaciones que transmiten y más quienes participan de ella, carecen por una parte del conocimiento y entendimiento de las particularidades del Lenguaje Radiofónico y, por otro lado, de la visión empresarial que permita hacerse de recursos económicos, establecer relaciones públicas y constituir un Medio de Comunicación.
En un principio muchas de las nuevas “estaciones” de Radio en la Red replicaban el modelo convencional; una incongruencia pues las nuevas audiencias migraron hacia la Red en búsqueda de otras voces, estilos, pero también por ignorancia; porque crear un nuevo medio requiere de la habilidad de saber hacer negocios.
Y así han aparecido y desaparecido intentos, muchos jugaban a hacer Radio, otros más la menospreciaron creyendo que sería fácil y que cualquiera podría hacerlo. Solo unos pocos conociendo y entendiendo las virtudes del Sonido, las posibilidades de la Internet y apelando a sus talentos personales, han evolucionado de aquella novel emisión a ser un Medio de Comunicación y una empresa radiofónica en la Red.
Hay para todos los gustos, sus audiencias van desde los que apelan a la nostalgia musical y al reencuentro de aquellas voces que hacen vibrar con el recuerdo de épocas pasadas. También las escuchan quienes con un oído más sofisticado buscan y encuentran al artista, grupo, propuesta independiente que no suena como siempre y como todo. Las “sintonizan” quienes se acompañan de contenidos breves, quienes reproducen y pausan cuando quieren, donde quieren. Escuchan Radio en Internet quienes todavía quieren sentirse parte de un selecto grupo de personas que “sintonizan” un programa a determinada hora en determinada estación.
¿Qué suena en estas estaciones? La creatividad de jóvenes a quienes los grandes Medios de Comunicación no significan nada. La Sociedad Civil que conversa con iguales ciudadanos de a pie. Suena también la hibridación de formatos que combina las voces que platican e informan con las melodías que refieren momentos de trascendencia histórica, económica, política y social. Se escuchan reportajes, suenan dramatizaciones, suena periodismo de investigación. En el menor de los casos, también “voces desempleadas” que vieron y vivieron su momento y que están a la espera de un segundo, tercer, o mejor aire.
Su modelo de negocios está en constante movimiento, pues la competencia es mayor tanto para construir contenidos interesantes como para atraer la atención de los anunciantes. Cámaras en cabina, transmisión simultánea en video para Redes Sociales, trabajo conjunto con “otros” creativos de “otras” artes, para diversificar la cartera de clientes. Acceso, descarga, compartición y creación de materiales sonoros a la carta. Banners, cortinillas y cintillos en páginas de Internet forman parte del repertorio de estrategias para hacerse de ingresos.
Muchas son las estaciones de Radio que habitan en la Red. Su alcance geográfico y demográfico y el número de su audiencia está determinado por su propia labor de promoción. Con públicos fieles y cautivos pero también con radioescuchas activos y participantes de las Redes Sociales, estas estaciones se promueven a sí mismas. Destacan entre muchas Rock101, Adrenalina Radio, Eskucha Radio, Ciudad Radio, Promo Estéreo, Ruido Blanco FM, Convoy, como ejemplo de empresas mediáticas en la Red, como referentes de una Radio que evoluciona, que no necesita de la concesión del Estado ni mucho menos de la relación gubernamental para su permanencia al Aire, sino que depende de la calidad en el sonido, la diversidad en los contenidos y la habilidad en los negocios.