Como comentaba en mi artículo anterior acerca del amor, mencione el tema de dedicarle tiempo a mi familia, esa palabra que a mucha gente le encanta y a algunos les incomoda, por aquello de que la familia no se
puede elegir. En mi caso, yo si puedo sentirme agradecida de tener una buena familia: papá, mamá y dos hermanos. Una familia de cinco personas en los ochentas, creo que aún se consideraba standard.
Ahora que recientemente vi ROMA y que esta en la boca de casi todos, nos haya gustado o no (ese podría ser tema para otra reflexión), la realidad es que mi familia era algo parecido a lo que la película representa. Mi papá era el que trabajaba, ya que mi mamá dejo su trabajo una vez que nacieron mis hermanos. Tener una familia de tres niños pequeños debió ser un gran reto: dos bebés y una niña de casi tres años; por lo que varias personas entraron a ayudar. Mi abuela materna hacia la comida, una chica apoyaba en las labores domésticas y una prima mayor que vivía con nosotros ayudaba cuando no iba a la escuela.
El pasado 31 de enero fue cumpleaños de mis hermanos: Laura y Luis Germán. Son cuates, casi casi mellizos o gemelos, solo que ellos estaban en diferente bolsa. No se parecen, aunque mucha gente cree que sí; mi hermano es el vivo retrato de mi mamá, mi hermana de mi papá y creo que yo soy la combinación de ambos, inclusive con el carácter. Mis padres nos dieron todo lo que cualquier niño pudiera querer. Tuvimos la total atención de mi mamá hasta la secundaria, cuando ella regreso a trabajar. Nos llevaron a paseos, al circo, al cine, al teatro, a días de campo, vacaciones y nos solían decir O todos coludos o todos rabones. Mi hermana y yo nos tuvimos que meter a clases de karate, solo porque a Luis le gustaban las películas de Bruce Lee. En mi caso pase por clases de danza folklórica, aunque muy poco tiempo, tal vez unos tres meses. El caso es que tanto el karate, como las clases de inglés, la natación, entre otras actividades más, las hicimos juntos y tal vez eso fue lo que finco la excelente relación entre hermanos que tenemos hasta la fecha.
Como bien mencione, a la familia no se le elije, y no porque sean familia se les tiene que aguantar cuando son tóxicas. Por supuesto que siempre habrá un consentido o alguno que requiera más atención que los demás,
pero eso no significa que los padres no nos quieran. Y aprender a vivir con esas variables es lo importante. En lo personal a veces creo que me he llegado a arrepentir de solo haber tenido un hijo. Pero la verdad es que los tiempos y la situación ya no es para llenarte de hijos. Los tiempos ya no son como en ROMA.
Frente a tanta inseguridad, secuestros, robo de niñ@s y feminicidios creo que lo más inteligente que alguien puede hacer en estos momentos días es no tener hijos. Porque tenerlo no es hacer enchiladas. Tener hijos requiere no nada más de amor, requiere sobre todo de paciencia y de recursos. Porque de nada sirve el amor si no se tiene la oportunidad de darles lo que a nosotros nos falto no? La idea es que los hijos tengan más oportunidades que los padres. Tener hijos es un acto de educación. Es de vital importancia educar para prevenir embarazos no deseados. En resumen todo se traduce en respeto, respeto a nuestros padres. Hay cosas que aún le reclamo a mi mamá y muy inteligentemente se sale por la tangente diciéndome, «Ay, ya supéralo», y sí, hay que superarlo para seguir adelante y no estancarnos en el pasado.
Respeto a las mujeres que deciden no ser madres. Respeto a la gente que no piensa como uno. Respeto para la tolerancia. Creo que el día de la familia es hasta marzo, no recuerdo bien. Pero el agradecimiento a la gente que actualmente conforma mi familia es infinito. Todos ellos han sido fundamentales en estos últimos tres años en que yo decidí vivir una nueva forma de familia con mi hijo y mis 4 perros. Sin temor a que sea trillado: GRACIAS TOTALES.