@MILTONPARTIDA
Con la aparición del Internet, pronto se predijo que los demás medios desaparecerían. No era la primera vez que esto se escuchaba, ya se había dicho en ocasiones anteriores con cada nuevo medio que surgía y el medio que le precedía y lo único que sucedía era que cada medio apelaba a sus particularidades para no sucumbir y reclamar su lugar.
A principios de los 90, la sociedad occidental daba un vuelco en sus contenidos mediáticos, principalmente en la TV. Muchas son las razones que se han mencionado al respecto, pero lo cierto es que las historias televisivas se fueron acercando más a la realidad de quienes las veían.
Unos personajes amarillos habían irrumpido pocos años antes, los Simpson revolucionaban la TV, pero aún había quienes no lo creían suficiente por tratarse de dibujos animados. Sería hasta el primer mes del último año del siglo 20, cuando personajes de carne y hueso definirían el rumbo de la TV. El 10 de enero de 1999, a través de la pantalla de HBO, se transmitía el primer episodio de la serie de TV que lo revolucionó todo: Los Soprano.
Los Soprano cambiaron la forma de hacer TV. Sus personajes eran seres reales que existían y sentían, con problemas y situaciones cotidianas, reflejando al mundo y a la naturaleza humana. La historia de gángsters tan sólo fue el escenario para que la TV dejará de considerarse como la caja tonta y se empezará a parecer cada vez más al cine, hasta que, con el paso del tiempo, ambos Medios de Comunicación se disputarán las mejores historias, los presupuestos, los mejores actores y actrices y sobre todo, a nosotros, las audiencias.
Cada capítulo de Los Soprano se convertiría en una pequeña película y con cada capítulo Los Soprano se convertían en el mejor programa televisivo de todos los tiempos. David Chase, el genio detrás, era un fan de El Padrino y del cine de gángsters. Como guionista para contenidos de TV, veía lejana su oportunidad de llegar al séptimo arte, sobre todo en una época en que quienes escribían historias para TV eran menospreciados.
Machismo, sexo, abnegación y empoderamiento de la mujer, liberación sexual, drogadicción, asesinatos, muerte, infidelidad, corrupción, crisis existencial, cohesión familiar, amistad, camaradería, lealtad, eran representaciones que difícilmente se veían en la TV de aquellos años, es más, las series de TV se abstenían de politizar sus temáticas, por más sencillo que fuera. Y es que la promesa de la pauta publicitaria siempre ha sido mucha y perder millones de dólares implicaba estar fuera del aire.
La dramatización en TV estaba condicionada por lo que convenía transmitir para que el producto anunciado se vendiera, esto era muy común en las grandes cadenas generalistas. Con HBO esto no sucedía, pues el pago por suscripción al canal de cable, garantizaba una libertad que iba más allá del mero anuncio comercial, sino que permitiría al creador de contenidos plasmar su idea tal y cual la había imaginado. HBO establecería el standard de calidad al que un contenido tiene que aspirar para poder ser transmitido.
Sin cortes comerciales, con temporadas cortas de poco más de 10 capítulos, con duración de una hora cada uno. Personajes con problemas reales, narraciones detalladas y creíbles, calidad artística similar al cine, un soundtrack con canciones que resumían a través de la música lo que había sucedido en cada capítulo. HBO y Los Soprano se convertían en objeto de culto y en un producto de la ideosincracia y cultura popular norteamericana.
Los Soprano son considerados como la mejor serie de TV de todos los tiempos según la revista Rolling Stone, el Sindicato de Guionistas de los EUA y muchos más especialistas, analistas y críticos de los Medios de Comunicación. Con 21 premios Emmy y 5 Globos de Oro, pero sobre todo, con un final de la serie, que pasado el tiempo aún sigue dando de que hablar, Los Soprano no inician una nueva Época de Oro en la TV, sino que la revolucionan.
Ya no sólo interesaba ver la serie de TV, ahora también importaba poseerla. Generalmente esto sólo sucedía con las películas, pero a partir del avance tecnológico y sobre todo, de la calidad de Los Soprano y del ejército de fieles seguidores que la promovían, cada vez más personas la fueron viendo no sólo a través de la emisión semanal, sino a través de las temporadas en DVD y las que se subían a través de la Red. Los Soprano, ya no sólo se veían, sino también se leían, se criticaban y se analizaban desde otras disciplinas.
Los Medios de Comunicación fueron convirtiéndose de a poco, en una fuente más que cubrir por parte de los propios medios. El fenómeno cultural en el que se convirtieron Los Soprano dio paso para que la HBO fuera el referente de calidad y para que otras cadenas y otras series de TV, que no hubieran tenido cabida en épocas pasadas, vieran la luz, así como para que el proceso creativo de guionistas fuera revalorada.
Hoy en día los contenidos que emite Netflix, así como su forma de consumo, acaparan la atención de nuevas generaciones de televidentes(si es que el término puede seguir utilizándose), llegando a creer que la plataforma de streaming inventó el hilo negro. Pero en sí, la calidad de las series y de algunas cadenas de TV, como la propia HBO, Fox, AMC y Netflix y Amazon recientemente, deben su calidad y su permanencia al fenómeno cultural y televisivo que un día como hoy de hace 20 años surgía, que revolucionó todo y que hasta la fecha se mantiene como lo mejor que se ha hecho: Los Soprano.