Aún a pesar de los grandes avances tecnológicos, el mercado de la nostalgia sigue haciendo ruido y generando ingresos económicos. Las descargas musicales así como el streaming sonoro son una realidad de nuestro tiempo, que conviven en un etorno, en el que el formato físico de los vinilos y los CD’s aún permanece y en el que la gente lo sigue consumiendo.
Aún cuando grandes cadenas comerciales como Best Buy y Target, han anunciado que este año dejarán de vender en CD´s y vinilos, varios estudios arrojan que estos se venden más que las descargas digitales. En la actualidad los consumidores prefieren pagar por acceder a un servicio con millones de canciones como Spotify o Apple Music, conocer lo más escuchado y crear sus propios playlist, que poseer física o virtualmente el material sonoro, pues por el precio de un disco podemos tener una suscripción mensual a estos servicios.
En el 2017 generaron ingresos por 1.300 millones de dólares, en comparación con los 1.500 millones de los CD´s y los vinilos; mientras que los servicios de streaming generaron 5.700 millones de dólares en ingresos. La posibilidad de acceder a millones de canciones, es algo que los usuarios prefieren hacer antes que comprando canciones una a una.
Si juntamos todas las sumas de dinero, casi se llegan a alcanzar los 9 mil millones de dólares, cifras que no se veían desde el 2008, pero que aún así están 40% debajo de lo que la industria musical alcanzó en sus mejores años.