por CURLY

EL AMOR EN TIEMPOS DE REDES SOCIALES

Recientemente, bueno, en realidad hace poco mas de tres años que termine una relación de 15 años. Y al final, un divorcio que significo una nueva planeación de mi vida, tanto en cuestiones personales, psicológicas, económicas y sobre todo, mi relación con las demás personas.

Al principio todo era una liberación, y todavía lo es. Hasta para dormir se siente bien no tener que pelear por el edredon. Planear la logística para todas mis actividades con base a nadie más que a mi, es quizá lo que más disfruto, pero no fue fácil.

El primer año fue una desintoxicación. No quería saber de los hombres. Mis amistades preocupadas por mi estado de «soltería» empezaron a presentarme al amigo, al primo, al conocido, al otro que también esta «soltero». Yo acepté conocer a todos, pues soy una mujer educada, pero pronto las decepciones regresaron. Escucharlos hablar, escribir, conversar conmigo fue suficiente para no seguir más con esas pseudo-relaciones.

Más alla de eso, pronto me llamó la atención cómo las cosas han cambiado y el ritual de la conquista incluye ahora buscarlos, mandarles el mensajito de whats, invitarlos al cine o hasta pagar el hotel. Y entonces me pregunto ¿nosotras tenemos que rogar por esto?

Con esto no quiero decir que estoy en contra de la modificación de los roles, tanto del hombre como de la mujer en una relación, pero cuando se esta en la etapa de conocimiento mutuo, debe ser de una manera recíproca y sólo cuando la otra persona ha despertado algo en ti.

Mi estado de soltería permanece hasta la fecha, pero conforme pasa el tiempo, son más los cuidados de alienación y balanceo que debo hacerme a mí misma, pues mi kilometraje ha ido avanzando y ya no es lo mismo cuando una tiene 41 años.

El año pasado me deje llevar por un comentario de mi hijo de 16 años, después de que vimos Sex & the city. Durante un diálogo comentan que los 40 son la última edad para vestirse de novia. Pronto me puse a pensar si realmente estoy preparada para una nueva relación y ya ni mencionemos el hecho de vivir juntos y hasta de casamiento.

La verdad es que creo que me gustaría tener un novio, pero cada quien en su casa y sin que me abrume, aunque la verdadera respuesta es: «No lo sé». El tiempo me lo dedico a mí, mi hijo, mis perros, mis amigos, mi trabajo y mi familia. No sé si estoy preparada o si quiero dedicarle el tiempo a alguien más. Claro, porque negarlo, con el tiempo me he vuelto una mujer más complicada y difícil de lo que ya solía ser. Pocas cosas me impresionan, que me hablen de música o libros en el ritual del cortejo, no me deja con la boca abierta, es más, creo que sólo se me acercan individuos con los cuales yo no tengo ninguna afinidad.

Por consejo de una amiga del trabajo me metí a Tinder, pero fue solo por un mes y me volví a decir que yo no necesitaba de algo así, pues en realidad ni siquiera se lo que quiero. En vísperas de estas épocas en que el Amor y la Amistad están en el aire y con toda la mercadotecnia de San Valentín, es que me hago la pregunta una vez más ¿existe el amor?

Conozco a muy pocas parejas que llevan muchos años juntos y sin duda son ejemplos a seguir. También me puse a reflexionar y llegue a la conclusión que solamente una vez (dijera la canción) he estado enamorada y para colmo, mal correspondida. Eso de entregarte y que al final te des cuenta que esa persona solo se aprovechaba del momento, me hizo de alguna manera blindar mis sentimientos.

Si tenemos en cuenta que en estos tiempos de redes sociales, muchos establecen «relaciones» a través de Tinder y otras plataformas más,  en realidad no se tiene ninguna certeza con nadie, pues el otro puede estar muy lejos, a kilómetros de distancia, aunque la tecnología permita el acercamiento. Claro que conozco a unas pocas parejas que sí han tenido éxito en estos portales. Porque así como veo a algunas parejas felices, también sé de muchas mujeres que por diferentes circunstancias decidieron salirse de una relación que no las llenaba, tal como decidí hacerlo yo, o porque son viudas, separadas, mamás solteras, o porque simplemente no han encontrado con quien compartir su vida.

Que me trague mis palabras y pensamientos con lo que respecta al espectro del amor. En los meses recientes, amigas cercanas han entablado una nueva relación y las observo como adolescentes derramando miel. En conclusión, me quedo con el aprendizaje de que «el amor no existe y además apesta», dijera el Dr House. Aunque la vida es una hoja en blanco, sólo por favor recuérdenme que no me debo ir como el Borras, porque el corazón siempre vive, piensa y hace todo desfasado del cerebro…